A veces no importa tanto el origen sino la capacidad de adaptación. Cada mes de febrero los montes de Galicia resplandecen con el amarillo de la, no autóctona, Acacia de Albata. Ese tono dorado fue, sin darse cuenta, el desencadenante de una nueva aventura para Mario y Stratis.

Encantadores, cercanos y risueños. Catalán de todas partes por un lado y griego aventurero por el otro, decidieron que la deseada vida “slowly” no podía desarrollarse en la ciudad ni trabajando para grandes multinacionales. Cambiaron el rumbo hacia Lesbos (isla natal de Stratis) para que su proyecto más personal viera la luz. Así nació Mimosa.

 

 

Per Purr: ¿Qué fue lo que os llevó a crear Mimosa?

Stratis: Cuando nos conocimos nos dimos cuenta de que nuestra manera de entender los productos era muy similar sin importar que vinieramos de ámbitos muy distintos (Stratis es Químico y Director de Marketing y Mario Arquitecto de Interiores). Además ambos vivíamos una etapa de nuestras vidas en la que nos encantaba descubrir cosas y con ello vino también lo orgánico.

Cada vez que veníamos a Lesbos, notábamos en el aire que queríamos crear Mimosa. Siempre surgía el - Y si pudiéramos, y si…-

P: Desde luego os enfrentasteis a un gran reto.

Mario: Siempre hemos trabajado con retos, por nuestras profesiones, y quisimos buscar y resaltar esa nueva generación de cosmética orgánica centrada en las texturas y los olores. Olvidarnos de todo lo “mean street” y centrarnos en lo premium como Per Purr, que a mí me tiene robado el corazón y creo que a nuestros clientes también.

P: ¿Qué tiene para vosotros la nueva generación de cosmética orgánica? 

S: Además de la formulación es muy importante la comunicación, el plan y el compromiso ético de ser un gran producto orgánico de verdad y no solo porque tiene un certificado. El compromiso ya no son porcentajes, tiene que ser al completo. Si no, no nos gusta.

M: Para mí, tanto el olor como la textura me tienen que transportar a otro lugar, me tienen que hacer soñar. Si no me llega no lo quiero. Probamos un montón de marcas certificadas y hay algunas que acaban resultando muy pesadas y lo que yo busco es un: ¡GUAU!, esto es diferente y además me voy a sentir mejor, no voy a meter químicos en mi cuerpo y voy a estar más feliz.

P: Mario, nos encanta esto que comentas de transportarte a otro lugar. ¿A dónde te transportó Per Purr?

M: A Tailandia. 

P: ¿Y cómo conseguís que el cliente capte eso en los productos que tenéis en Mimosa?

M: La experiencia de los sentidos es fundamental. La música que ponemos está muy seleccionada, también encendemos inciensos, creamos aromas. Es todo un ritual en el que intentamos dar la atención más personalizada posible, todo conectado también con el diseño y la arquitectura interior de Mimosa.

S: La tienda es ecléctica, es muy de todas partes y a la vez tiene esa contraposición que es muy diferente a lo de aquí.

Queremos enseñar a la gente que no hace falta estar en una gran capital o centro turístico para llevar a cabo un espacio como Mimosa. Ahí entra también la parte sostenible, es encontrar el peso del negocio y equilibrar entre lo que hay.

La isla tiene su sentido y valor, tiene su voz. Creemos que ella nos está aportando mucho valor y que nosotros se lo estamos devolviendo.

P: Hablando del valor y la personalidad, llama mucho la atención vuestro mandil, ¿tiene algún significado específico?

M: Es un delantal de lino en sintonía con los colores locales y tiene un sentido. Yo vengo de una familia de ferreteros y mis padres llevaban este tipo de delantales para vender los productos a granel. En mi casa, además de estudiar, todos hemos trabajado en la ferretería, así que yo también he llevado el delantal y es una forma de conectar con mis orígenes.

Es curioso porque cuando la gente nos ve así vestidos, aunque por debajo vamos bastante modernos, se cree que nosotros cocinamos los productos. También es porque apostamos por marcas de calidad y no tanto por su fama. Aquí es Lesbos nadie había oído hablar de Per Purr hasta que llegó a Mimosa.

 

 

P: Además de la estética y el ambiente tan especial de Mimosa (obra de Mario), creo que también brindáis un servicio muy personalizado a vuestros clientes.

M: El tester de las marcas lo trabajamos de una forma muy especializada. Stratis me enseñó que en el laboratorio se usan espátulas de platino para no intervenir en el material y que no coja microbios y así es como lo hacemos en Mimosa. La verdad es que generas una experiencia que va mucho más allá y la gente se queda como: ¡Guau!. Aunque no se reduce únicamente al espacio físico. También dedicamos mucho tiempo a la imagen y el servicio online, para que en cualquier lugar la gente sienta la exclusividad de una tienda ubicada en una maravillosa isla del Mar Ego. 

 

S: Para entender la textura de algunos productos es imprescindible, como por ejemplo con vuestras sales. Parece un producto muy simple, pero tener tres sales diferentes, con el cristal así tal cual y con los aceites esenciales, es algo que se ve que tenéis muy estudiado y que se nota mucho en la sensación que deja en la piel.

En la piel es donde la gente siente la diferencia que tiene el producto. Puede que no conozcan el nombre del brand, pero en Mimosa tienen la posibilidad de conocer el interior de la marca y este interior es el que tiene más valor.

P: ¿Creéis que es más fácil que la gente cambie su rutina al percibir así los productos?

M: Introducir rutinas siempre cuesta. Pero la gente tiene que saber que no puedes usar un producto industrial a la vez que uno natural, porque eliminas los efectos. Hay que ir educando poco a poco. Queremos que el cliente se vaya sintiendo que ha aprendido y experimentado algo nuevo.

S: Sí, el asesoramiento y el diálogo es fundamental. Aunque sea desde lo mínimo, empezando por cambiar la rutina con el jabón que limpias tu piel.

Queremos que Mimosa sea un espacio con diálogo sobre el valor de la belleza de verdad .

M: Al final la espiral del descuento es perversa. Hay que mimar a la gente y cuidarla. 

S: Con que la gente cambie a un producto natural para nosotros ya cuenta.

P: Estamos completamente de acuerdo con vosotros, hay que velar por la salud real de la piel y del entorno. Para terminar, ¿podríais decirme cuál es vuestro producto favorito de Per Purr y por qué?

S: El Skinny (aceite corporal) es un producto muy sofisticado que con su aroma tiene un impacto muy sentimental en mí. Me conecta un poco con mi infancia y otras cosas de la vida. Además de la importancia de los efectos de la materia prima.

M: El Aceite Detox es fundamental en mi rutina diaria de cada mañana y luego el Gel de Ducha Herbal; me encanta el olor y lo sedosa que deja la piel. Aunque lo que me encantó en un primer momento de Per Purr fue la imagen corporativa con los colores terciarios pasteles y el gato. La primera vez que lo probamos le preguntamos a una sobrina nuestra (de doce años)  y ella dijo -¡ Me gusta! ¡ Yo quiero esto!- entonces nosotros dijimos ¡pues vamos!    

Una belleza comprometida
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